La victoria de Michael Mizrachi en el Main Event de las WSOP le abre la puerta del Hall of Fame

En vísperas de la reanudación de la mesa final del Main Event de las WSOP 2025, con un Michael Mizrachi dominador y enterrado en fichas, varios jugadores empezaron una campaña en redes solicitando el ingreso automático de The Grinder en el Salón de la Fama del póker mundial, en caso de corroborar la que parecía una sencilla victoria del americano.

El acceso al Hall of Fame está restringido por una series de normas y costumbres, como son los mínimos de edad y relevancia que debe cumplir el candidato, un número limitado de ingresos por año, y la obligación de que los nuevos miembros surjan de una votación entre los antiguos. ¿Qué peso podía tener entonces una campaña en redes sociales? Pues todo, porque los que estaban detrás de ella eran precisamente gente con voz y voto comoPhil Hellmuth oDaniel Negreanu.

Michael Mizrachi cumplió las previsiones, con una partida fugaz que se cobró dos eliminaciones en las dos primeras manos.

Kenny Hallaert estaba muy corto y vio
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en el primer reparto, nada que objetar en su movimiento, el chipleader le bajó KJ suited y ganó el 40/60. Sin embargo, Braxton Dunaway demostró que el descanso era una trampa de doble filo, que se había pasado 24 horas escuchando que Mizrachi iba a abusar de stack y que la remontada se basaba en no dejarse avasallar y no perder muchos puntos esperando mano e hizo un sorprendente call con
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para defender su ciega del ataque de The Grinder, que llevaba una parte muy alta de su supuesto rango,
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John Wasnock estaba encantado: «Los 3.000.000 $ que he ganado más rápido en toda mi vida«.

Mizrachi se tomó el heads-up con toda tranquilidad, limpeando casi todas las manos para evitar que se construyeran botes que aumentaran las esperanzas de su rival. Cocinó a fuego lento a Wasnock, que a los 45 minutos ya había perdido la mitad de su stack.

En una de estas manos jugadas con paciencia, Mizrachi ligó color en el turn, y dejó que fuera Wasnock el que jugara sus dobles por valor. The Grinder estaba tan feliz con el all-in con el que su rival contestó al raise del turn, que se fue hacia su raíl celebrando ya su victoria. «Se acabó, se acabó«, chillaba eufórico, lanzando los puños al aire y dando saltos.

«No se acabó«, recordaron tanto los comentaristas de la partida como el raíl de Mizrachi, que acabó dándose cuenta de que podía aparecer un full en river y estropearle la fiesta. Miró hacia arriba, en esa imagen icónica que han repetido casi todos los eliminados en la mesa final.- todos menos Leo, que prefería esconder los ojos en el abrazo de Lucía Navarro-, y comprobó que el river no le hacía ninguna perrería. Y entonces, reanudó los festejos.

Llegó el momento de hacerse las fotos con los montones de billetes del Monopoly, el brazalete con forma de férula y todo el paripé protocolario, pero Jack Effel tenía guardada una sorperesa. Le acompañaron al escenario Jennifer Harman, Phil Ivey, Brian Rast y Phil Hellmuth, entre otros, y ante sus nuevos compañeros de la élite del póker mundial, Effel anunció que el jugador que había conseguido ganar el Main event y su cuarto Poker Players Championship en la misma edición de las WSOP merecía la inclusión automática e inmediata en el Hall of Fame.

Un final increíble para un festival que ha tenido de todo, desde el escándalo del Millionaire Maker hasta las polémicas con Martin Kabrhel y William Kassouf. Pero también en el plano competitivo, porque aparte de la hazaña de Mizrachi, Benny Glaser ha ganado tres brazaletes y Blaz Zerjav otros dos, y ninguno de estos jugadores es el Player of the Year, sino Shaun Deeb.

Desde que se calcula matemáticamente el jugador con mejores resultados del festival, solo Negreanu había repetido título, en 2004 -el primer año en que se nombró un POY- y en 2013. Shaun Deeb ya lo había sido en 2018, así que le iguala en esta estadística.