El papel de la prensa en la mano viral de Baltimore

Todavía no se apagan los ecos del grave error que dio con los huesos del tercer clasificado en el evento principal del WSOP Circuit Baltimore en el raíl, a pesar de que su mano era la de mayor jerarquía al showdown.

Se ha comentado el papel del crupier, que obviamente se equivoca; del jugador eliminado, que no hace nada por cambiar el sentido de la decisión del crupier; o de su rival, que no tiene obligación, más allá de su propio compás ético, de perjudicar sus propios intereses cuando no hace nada para provocar esa cadena de errores.

Para Matt Savage, director de torneos del WPT, hay una persona más involucrada en la mano. El reportero que está observando la mesa traslada los valores y los palos correctos de cada carta a su crónica. De hecho, las primeras alarmas que se suenan en el entorno del afectado sobre un posible error, se basan en la publicación de Pokernews. Sin embargo, no actúa.

Para Savage, por lo que se colige de sus diferentes interacciones en redes sociales, la defensa sobre la no interferencia de la prensa en el desarrollo del torneo se debe a que existe mayor interés en intentar encontrar un titular en un error del crupier que a otra cosa.

Ante los contraargumentos que indican el caos que puede surgir de tener a gente de la prensa o del raíl interviniendo en el desarrollo del torneo, su enfoque pretende diferenciar claramente un caso como es el de una asignación errónea de un flop de otros aspectos del juego.

A Savage se le ha hecho llegar una respuesta en forma de entrevista -casi comunicado- con la responsable de los seguimientos en vivo de Pokernews, Shirley Ang.

Nunca me dirigiría directamente a un jugador o a un crupier. Si tuviera que hacerlo, y estuviera seguro al 100%, me dirigiría al personal de sala. Creo que, a lo largo de su carrera, todos los reporteros en directo han intercambiado una o dos miradas con el personal de sala mientras informaban, como diciendo: ‘Oye, puede que quieras echarle un vistazo a esto’.

Se trata de hacer las cosas bien. La gente comete errores, es parte de la vida. Si algo sale mal, no hay que llamar la atención a nadie públicamente. En lugar de eso, comunícaselo discretamente a la persona adecuada, como un directivo, para evitar avergonzar a nadie».

Eso, por no hablar de la incomodidad que genera la intervención de alguien desde fuera de la mesa en una situación que va a ser beneficiosa para un jugador y perjudicial para otro, y que el reswto de implicados, crupier y dirección de torneos, se pueden tomar como una injerencia en su trabajo.

Por contra, Savage cre que en este particular caso, el de un bote asignado a la persona errónea, ya no solo la prensa debería inmiscuirse, sino cualquiera que esté asistiendo al torneo. «Cualquier otra cosa pierde importancia frente al hecho de que un bote se le asigne a alguien que no lo ha ganado«.

Shaun Deeb también ha intervenido en la discusión, con una metáfora: «Imagina a un cámara de la NBA diciéndole a un árbitro que ha señalizado mal una acción e intentando que cambie el resultado del partido».

Las dos posturas se pueden llegar a entender. En el reglamento del fútbol, durante mucho tiempo, el propio árbitro ha venido siendo considerado un elemento similar a un poste, a efectos de medir su posible interferencia física en el juego. Nadie imagina a un recogepelotas, que cree haber visto una mano clarísima en un remate que acaba en gol, saltar al campo para pedir el VAR. Sin embargo, el sentido de la justicia nos hace pensar que alga más debería haberse hecho para evitar el terrible error del que estamos hablando.

Donde hay patrón, no manda marinero, dice el refrán. Hay un crupier ejecutando el proceso de la mano, una dirección de torneos, dos jugadores envueltos en la mano en cuyo propio interés deberían estar atentos a lo que sucede, y otro rival que se va a ver afectado de igual manera por la resolución del bote. Solo falta que la culpa la tuviera el que lo está viendo desde fuera.