Dinero sí, brazalete no. Las WSOP dictan sentencia sobre el Millionaire Maker

Jack Effel y su equipo creen haber encontrado la solución al escándalo del verano, el primer pacto bajo cuerda que las WSOP han querido detectar y castigar.

La renuencia que las WSOP muestran ante la posibilidad de que los finalistas de sus torneos negocien pactos es vista como un anacronismo entre un porcentaje bastante representativo de sus clientes.

Proviene de una época en la que el valor de un brazalete de las WSOP estaba más protegido que Fort Knox. Hoy en día, con más de 200 brazaletes anuales ofrecidos al peso en un puñado de festivales distintos, solo los románticos piensan que queda algo de reputación que proteger de los pactos.

Como contrapeso, las WSOP han obviado los más que evidentes arreglos bajo cuerda que se han cocinado en el Rio y el Horseshoe a lo largo de los años. Lo cierto es que esta política nos ha evitado espectáculos bochornosos como flipear por el título o continuas interrupciones del juego para discutir con el ICM como guía que se ven en otros festivales.

Este caso era especial porque en el resultado final del Millionaire Maker, y más concretamente en su HU, había un factor extreno, una sala online. La competencia. Una sala que prometió un millón de dólares a Jesse Yaginuma, y al resto de sus clasificados online para el festival, si lograba ganar un torneo de las WSOP. Además, James Carroll, en opinión de algunos expertos, se pasó de frenada facilitando la remontada de Yaginuma .

Esta injerencia de terceros es, a mi forma de ver, la que desató la investigación y la posterior sentencia, que ha sido publicada por las WSOP en redes sociales.

Con esta decisión de repartir el dinero a partes iguales y negarse a proclamar campeón y a entregar ningún brazalete, las WSOP señalan a los jugadores y a la sala desde diferentes ángulos.

Dándoles la misma cantidad a ambos, señalan ante sus clientes que dan por hecho que los jugadores se pusieron de acuerdo y la partida fue amañada. Ahora tendrán que variar los números de cualquiera que fuera el pacto alcanzado.

De paso, también, le hacen un corte de mangas a ClubWPT Gold, que en las bases de su promoción millonaria hacían constar que el jugador debía ganar un torneo de las WSOP después de clasificarse en uno de sus satélites para las WSOP. Jack Effel y su gente se niegan a reconocer a Yaginuma como ganador, y el Millionare Maker de las WSOP 2025 figurará como desierto en los libros de historia. 

Una elegante manera de respetar la decisión de los jugadores y, a su vez, darles una reprimenda que, a ojos de los puristas, es severa. Un acierto.