Gaelle Baumann está decidida a dejar el póker atrás

Nos gusta pensar que el póker es para siempre. A nivel profesional, está demostrado que no es del todo cierto.

Ante todo, la imagen idílica que se tiene del póker es la del circuito. Un juego divertido, que da acceso a grandes premios y en la que puedes jugar de tú a tú contra tus ídolos en paisajes de ensueño. Sin embargo, ni siquiera ese magnífico plan asegura un retiro ideal.

El problema es que el póker es un entretenimiento relativamente moderno y que sigue en plena evolución. Las técnicas y herramientas para su estudio se modernizan en plazos ridículamente cortos y la estrategia avanza por derroteros que no todo el mundo es capaz de asimilar. Simple y llanamente, el póker te puede dejar atrás.

Por eso, en el estricto sentido competitivo, es complicado mantenerse en el candelero.

Antes de que el circuito decida por ella, la francesa Gaelle Baumann ha anunciado que guarda la baraja en el trastero. El Team Winamax la ha despedido con cariño, con una publicación que repasa su longeva carrera desde que en 2012, ya bajo el paraguas de la sala francesa, la derrota en la burbuja de mesa final del Main Event de las WSOP despertara la empatía de todo un país.

En ella, Gaelle reconoce que ha ido perdiendo la motivación. Ahora le ilusiona zambullirse en otros proyectos, en los que puede trabajar desde casa, cerca de su hija Lea. Y que, con ello, pueda recuperar el placer de un viajecito de póker y un torneo de buy-in modesto para pasar un par de tardes con su viejo amor de juventud. Irse para no perderse, y quizá volver a encontrarse. Éxitos, señora Baumann.