La World Poker Federation devuelve el póker a la lista de deportes mentales de la IMSA

La aspiración que un amplio espectro de aficionados comparten, que no es otra que el póker sea reconocido como deporte, ha encontrado un nuevo reconocimiento oficial.

La World Poker Federation (WPF) ha sido admitida como miembro de pleno derecho de la International Mind Sports Association (IMSA) gracias a un voto unánime, y recoge así un trabajo previo que había alimentado la esperanza de que el póker llegara incluso a ser olímpico algún día.

La batalla para adjudicar al póker la categoría de deporte ha pasado por muchas y variadas fases. En el origen de este anhelo está la necesidad intelectual y legal de distinguir al póker de los juegos de azar.

A nadie se le escapa que muchas de las restricciones que encorsetan a la industria del póker se deben a que el póker es considerado por la práctica totalidad de entidades regulatorias como una variedad de juego de casino.

Así pues, el prurito propio de una comunidad que se enorgullece de practicar un juego de habilidad y quiere ser reconocida por ello, converge con los beneficios que podría suponer para la industria desmarcarse de la etiqueta que nos coloca en el mismo saco de mecanismos como la ruleta o las tragaperras, tanto en el ámbito legal como en el social.

Individuales y empresas, movidos por intereses propios, han defendido esta visión del póker como deporte y/o juego de habilidad frente a tribunales de justicia de diversos países, pero es impensable construir una jurisprudencia que cambie la percepción de las instituciones sobre el póker de una vez por todas.

La otra vía es la del reconocimiento oficial por parte de los organismos deportivos, y a esta labor se han entregado diversas personalidades de nuestra industria durante las últimas dos décadas.

La creación de la International Federation of Poker (IFP) en 2009 fue el primer paso decisivo en esta dirección. Constituida en 2009 gracias a la aportación de siete federaciones nacionales, las de Rusia, Ucrania, Reino Unido, Francia, Brasil, Dinamarca y Países Bajos, la IFP dirigió enseguida sus miras a una posible incorporación a la IMSA.

La relevancia de la Asociación de Deportes Mentales se la otorga en parte sus sólidos cimientos como proyecto conjunto de grandes federaciones como la FIDE de ajedrez o la IGF de Go, y por otra el reconocimiento y apoyo que el Comité Olímpico Internacional (COI) le brinda a SportAccord, una organización a la que están afiliadas más de un centenar de federaciones internacionales de distintos deportes, tanto olímpicos como no olímpicos, entre ellas la IMSA.

Un año después de su creación, la IFP fue admitida en la IMSA, otorgando por primera vez al póker del reconocimiento oficial como deporte por parte de una entidad oficial y relacionada con el COI.

La IFP desarrolló la modalidad de Match Poker con la idea de encontrar un formato común para establecer competiciones, y ojalá un día cumplir el sueño olímpico de muchos jugadores. La actividad de la IFP se extendió hasta finales del año 2017, si nos fiamos de la actividad de sus redes sociales, y luego pasó a ser la International Poker Match Federation. Por el camino, se perdió también su adscripción a la IMSA.

Una de las federaciones impulsoras de la IFP, la Confederacão Brasileira de Texas Hold’em, liderada por Igor Trafane, logró que el Ministerio de Deportes de Brasil aceptara al póker dentro de las federaciones adscritas al máximo órgano deportivo del país carioca en 2012.

Es el mismo Igor Trafane que aparece ahora al frente de la World Federation of Poker, que retomando el trabajo anterior, recibió el reconocimiento de la IMSA en diciembre de 2022, fecha en la que fue aceptada como observadora dentro de la organización de los deportes mentales.

Esta pasado 16 de noviembre, durante la celebración de los BSOP Millions, ha llegado la confirmación de que los miembros de la IMSA han aceptado la incorporación plena de la WPF, recuperando para el póker un reconocimiento internacional largamente buscado. Al respecto, estas palabras de Trafane en la web oficial de la WPF.

Unirse a la IMSA es la conclusión de un ciclo de 15 duros años de trabajo y el inicio de una nueva travesía. Este reconocimiento aporta paz mental a los jugadores que saben que están paracticando un deporte, trae seguridad a las empresas del sector y trae estabilidad a los miles de trabajadores de este segmento.

Las naciones representadas en la WPF, más de 50, son los principales países de Europa, América del Sur y Asia. En lo que respecta a nuestro país, existe una división de la IFMP, pero la única incorporación a la WPF es de un organismo del País Vasco.